Después de siglos de patriarcado y en el que la mujer era situada en un segundo plano, por no decir marginada y aún discriminada en muchos de sus derechos, la larga lucha por la liberación y la igualdad de la mujer, ha llegado también en el ámbito de lo laboral, y con ello en un gremio tan duro y bárbaro como es el de la albañilería. Hoy voy a hablar sobre las mujeres que son capaces de romper prejuicios establecidos y meterse a albañilería, como si la cosa.
¿Quién dijo que las mujeres no servían para albañiles, ni para cualquier otra cosa?. Nunca he creído que nadie sirviera para nada, pero si se le pone vocación y pasión en el oficio, se puede demostrar que se vale como el que más. ¿Pero realmente hay vocación en ese oficio tan duro?, creo que más bien para lo que no hay vocación en ninguno de los oficios es para las malas compañías, pero si se tienen buenos compañeros/as para formar un equipo, el oficio es bastante soportable, puede ser algo divertido, e incluso acaba dando la satisfacción final de la obra bien hecha. Nada llena de tanta satisfacción cuando ves tu propia obra hecha, y si se trata de algo material, como es una vivienda, cuanto más grande y más te ha costado, más grande la satisfacción.
Ya en los tiempos de la guerra, mientras los hombres empuñaban las armas en el frente, las mujeres tuvieron que relevarles en las labores típicamente masculinas, e incluso en Rusia, por ejemplo, hubieron verdaderas divisiones de mujeres-soldado supliendo a los hombres para las acciones de la defensa del país, algo de lo cual parece que tenemos muy poca memoria histórica, en especial porque nos han ocultado ese importante detalle, en un mundo que hasta el momento se ha querido hacer a la medida de los hombres, tal como lo hemos podido ver en el cine, por ejemplo, que por lo general se destapa a las mujeres, como si ella fuera el objeto sexual, y se acostumbra (hasta ahora), a salvaguardar la moral de los hombres. Enfín, cosas de la moral imperante en cada momento y en cada sitio, pero la realidad es que la mujer cada día está más liberada en esta sociedad de convulsos cambios y cada día menos conservadora, a pesar de que todavía en muchos países del planeta sigue sufriendo represión y prejuicios irracionales, influenciados por roles y supuestas tradiciones culturales-religiosos de un patriarcado y machismo muy arraigado.
Hoy en día se impone la necesidad de aprender el oficio en plenas condiciones de igualdad, y más ahora que cada día ayudan más los adelantos tecnológicos, aunque todavía para algunas mujeres ese es un tipo de oficio que les da vergüenza, pero que puede comportar muchas satisfacciones, ya que las capacita para los arreglos y mantenimiento del hogar, entre otras cosas de solventar cualquier chapuza. Ya en las brigadas municipales de albañiles, para todo tipo de obras y mantenimiento del espacio municipal, ya no se distingue de diferencias de sexo para cubrir las plazas.A pesar de las diferencias físicas, sobretodo en cuanto hace referencia a la resistencia en tan duro oficio, al final lo que cuenta es el buen acabado, la rapidez, la eficacia, y demostrar lo que se vale. Es la oportunidad de demostrarlo, que se puede competir, y con inteligencia, eficacia y voluntad, se puede demostrar que pueden desempeñar las tareas mejor que los hombres. Bienvenidas sean ellas, pues, al salvaje y despiadado mundo de la libre competencia, donde vales lo que realmente demuestras. No se trata de malos rollos de feminismo o machismo, sino de demostrar lo que vales. Da lo mismo que seas hombre o mujer, los clientes lo que quieren son acabados y servicios con las tres “B” de siempre: que quede Bueno, que sea Bonito, y además con coste Barato.